Problemas con el Alcohol

DEFINICIÓN

 

“El alcoholismo es un estado de dependencia física y psicológica de la persona, que determina una serie de conductas dirigidas al consumo compulsivo y continuado de alcohol, pese a las consecuencias negativas (fisiológicas, psicológicas o sociales) que se producen. La presencia de pérdida del control para dejar de beber es un rasgo característico de las personas con dependencia alcohólica. La pérdida de control se refiere a la dificultad para controlar la cantidad de alcohol que se toma una vez que se ha comenzado a beber, o como la incapacidad para decidir continuar bebiendo o no en una determinada situación” (Secades, 1996).

 

CONSECUENCIAS FÍSICAS

CONSECUENCIAS PSÍQUICAS

CONSECUENCIAS SOCIALES

- coma etílico: la persona llega a perder el conocimiento con el riesgo de vomitar y ahogarse con su propio vómito.

- problemas cardiovasculares: aumento de la tensión arterial y problemas en el corazón.

- polineuritis: inflamación de los nervios con dolor.

- cirrosis: degeneración del hígado.

- pancreatitis

- cáncer de estómago

- cáncer de garganta

- cáncer de laringe

- cáncer de esófago

- úlcera gástrica

- impotencia sexual en los hombres

- frigidez en las mujeres

- síndrome de abstinencia en lo bebés

- envejecimiento prematuro

- lagunas de memoria que no se recuperan

- depresiones

- epilepsia

- delirium tremens

- enfermedades mentales graves como las psicosis

- demencia por el alcohol

- suicidio

- celotipia: la persona se vuelve tan insegura que empieza a desconfiar de su pareja y a tener celos sin un fundamento real.

 

- rechazo de los demás

- despidos de los trabajos

- soledad

- ruina económica

- mala higiene

- agresiones, violencia

- cárcel

- separaciones

- accidentes con víctimas mortales y minusválidos para toda la vida

- maltratos físicos y psicológicos

- dolor a la familia y a uno mismo

 

 El trastorno por consumo de alcohol hace referencia tanto a la dependencia como al abuso de alcohol.

Las personas con dependencia al alcohol, el trastorno alcohólico más severo, por lo general experimentan tolerancia y abstinencia. La tolerancia es la necesidad de cantidades de alcohol cada vez mayores para lograr la embriaguez o el efecto deseado. La abstinencia se presenta cuando el consumo se suspende o se reduce.

El abuso de alcohol se diferencia del alcoholismo en que éste no incluye el deseo o la necesidad compulsiva de beber alcohol, la pérdida de control o la dependencia física. Algunas personas que abusan del alcohol, beben todos los días. Pero otras, beben grandes cantidades de alcohol solamente en determinados momentos, como en los fines de semana. Y otras, beben fuertemente durante semanas o meses, dejan de beber por un corto tiempo y luego comienzan a beber nuevamente.

El hecho de que el alcohol sea una sustancia legal, entorpece frecuentemente la aceptación de este tipo de problemas. Uno de los problemas que surgen habitualmente al inicio de la terapia es conseguir que el paciente sea consciente y valore la gravedad de su consumo de alcohol. En muchas ocasiones las personas creen que hacen un uso moderado y controlado del alcohol al compararse con parte de su entorno o simplemente porque no han experimentado las consecuencias que ellos asocian al consumo problemático de alcohol. Destacamos, por tanto, la importancia de que la persona sea consciente de que su patrón de consumo tiene consecuencias negativas sobre su salud.

 

La recuperación del paciente dependerá en todo caso de la adherencia, de la existencia de un diagnóstico dual previo a la intervención que conduzca las intervenciones, del apoyo que el paciente reciba durante el tratamiento de su

entorno inmediato, de su motivación para rentabilizar el tratamiento y de la decisión de dejar de beber.

En el proceso de recuperación se dan episodios de recaída habitualmente se asocian a tres situaciones de riesgo: los estados emocionales negativos, los conflictos interpersonales y la presión social para el consumo. Las recaídas dentro del tratamiento se utilizan para aprender de ellas y que la persona se vaya haciendo más consciente y adquiera formas diferentes de responder a las situaciones de riesgo.

La psicoterapia de los problemas de bebida debe orientarse hacia la abstinencia total cuando la persona presenta una clara pérdida del control del consumo de alcohol y/o dependencia física.

Los programas de bebida controlada. Pueden utilizarse con personas, generalmente jóvenes, que no han desarrollado un alcoholismo severo y no han perdido el control del consumo. Para poder llevar acabo el programa es necesario que la persona haya estado al menos dos o tres meses sin consumir alcohol.

PREGUNTAS PARA SABER SI TIENES PROBLEMAS CON EL ALCOHOL

 

  1. ¿Sientes que necesitas del alcohol para sentirte bien?
  2. ¿Recures al alcohol para sentirte capaz de hacer cosas, para desaguarte, estar más sociable, cuando te enfadas, cuando estás agobiado, etc.?
  3. ¿Mientes para poder beber?
  4. ¿Ocultas que has estado bebiendo?
  5. ¿Sientes que una vez que comienzas a beber no puedes parar, pierdes el control?
  6. ¿Bebes hasta llegar a vomitar?
  7. ¿Tu familia te dice que tienes problemas con el alcohol y esto provoca discusiones?
  8. ¿En tu trabajo o colegio te han llamado la atención por ir bajo los efectos del alcohol?
  9. ¿Has faltado al trabajo o colegio por haber estado bebiendo o has estado bebiendo durante el trabajo o colegio?
  10.  ¿Has intentado dejar la bebida por un tiempo sin conseguirlo?

 

Si has respondido sí a tres o más preguntas tu manera de consumir te está causando problemas